Cartonia: que quiero ser machete en plena zafra bala feroz a...

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miércoles, 4 de diciembre de 2024

víctima

 Víctima fui, soy, seré

pero no todo el día, no a toda hora, ni en todos lados

Víctima soy

pero así no nací, ni voy a morir

Víctima.. sí


Pero mientras mis manos abracen la tierra y ella me abrace a mi, podré decir: Yo, me levanto

mientras encuentre a mi lado una mirada compañera

mientras otra voz se levante cuando la mía se apague


Con mi intelecto, mi corazón y mi trabajo diré: Yo me levanto


domingo, 4 de agosto de 2024

no es suficiente

La paradoja de la defensa y la nueva masculinidad, ¿qué lugar tiene la violencia? ¿qué lugar quiero que tenga? Tengo rabia, de no haber sido defendida, rabia de haber sido atacada, rabia de la vulneración de mi hogar, rabia de no poder descansar sobre el hombro de alguien y que en lugar de eso cada vez que busco refugio un cuerpo que busca dónde apoyarse, sostener es un gran esfuerzo para quien no se sostiene a sí mismo. 

El ácido y la exigencia me atraviesan, dan forma a mis pisadas. 

¿Es posible el amor, para quien no se conforma ni consigo mismx? para quien nada es suficiente. 

miércoles, 22 de mayo de 2024

RECUERDO DE CÓMO PASÉ EL ÚLTIMO INVIERNO

¿Cómo llegué hasta aquí? En mi paso por la oscuridad, no recuerdo cuándo comenzó pero sí lo que me condujo ahí, el miedo a ver lo que se me presentaba al frente. Me vendé los ojos, así caminé por tinieblas para no verlas, pero ello no me libró del camino. Recorrí, pisé el barro, los muertos, lo que no entiendo, la podredumbre humana, el agua estancada, la acción sin voluntad. Me golpeé, me golpearon, me desesperé. Seguí caminando, sin saber lo que tenía a mi lado, sin cesar continué hacia adelante y una voz interior me decía – “mantén la marcha”-. Pero no atravesé sola, una noche a mitad de camino, un niño huérfano se acercó a mi pierna, tiró de mi pantalón mojado, me miró y preguntó: ¿puedes ser mi madre? – Tras de él, sólo había niebla azul, me contó que no tenía padres y que había olvidado de dónde venía, sus ojos resplandecían como dos lunas llenas en la oscura noche - Sí, yo voy a ser tu mamá – le respondí. Caminamos juntos por las tinieblas, noches frías. El pobrecito se enfermó, lo cargué sobre mis hombros y continué la marcha, atravesando lagunas fétidas, montañas de piedra volcánica, hasta el diablo se arrastró entre nuestras pisadas. Tropecé, y mi voz interior me dijo “sigue la marcha”. El frío de la noche casi detuvo mi corazón y adentro una voz aún insistía “sigue la marcha”. Una mañana por fin, llegó la primavera y antes de que mi corazón se detuviera de frío, un rayo de luz compartió su fuego con mi corazón. Se quebró la venda congelada en mis ojos, el hielo rompió mis pómulos. Prendimos fuego para desayunar carne seca y tomar agua. No puedo alimentar a otro si mi estómago está vacío, eso es lo que me hará sobrevivir. Así que el niño tuvo que esperar.

Antes de seguir, lo acomodé en mi espalda, en mi mano izquierda llevaba mi corazón y en la derecha un machete. Después de la pérdida de sentido de orientación, le pedí a mi corazón que con su olfato rastreara el camino, y al machete que haga lo que sabe hacer. Dispuesta a replantear hasta lo más obvio, comienzo mi travesía. Lo anoto en mi brazo: “Dispuesta a todo”, para cuando esa disposición se me olvide, que hay que hacer cambios periódicamente y a tiempo, para sobrevivir. Llegamos al desierto, tuve que matar, cortar cuellos, tuve que hacer lo necesario para sobrevivir, hasta se me olvidó mi nombre, me volví Guerra, por la vida mía y la que cargaba en mi espalda.

El pequeño tenía une estrella que destellaba amor e inteligencia, aprendió mucho a pesar de que tuvo que ver cosas horribles. Un día llegamos a un valle, en la orilla de un río de agua dulce lavamos nuestras heridas. Lavar, lavar, lavar. El río se llenó de sangre, tierra, excrementos, parásitos, podredumbre. Lloramos de cansancio, sufrimos el pasado, ahí morimos tres días, las habitantes del lugar nos acogieron y cuidaron, hasta las heridas del alma nos sanaron. Con agua lavo los espacios vacíos que deja la ausencia de dolor, para dejar que el silente vacío permanezca, por un tiempo, lo necesario. Dejo pasar agua, llena de ancianas formas de retener el dolor.

Ahí pasamos el verano y al llegar el otoño, alimentada de los frutos del verano, ahí hice un hogar.

Pinté las paredes y arreglé las piezas y la cocina, mientras tanto sentado en una pequeña silla, él me miraba y rió de gozo tantas veces, al ver el hermoso lugar que preparé para establecer la vida juntos, junto al fuego. Él, que aprendió rápido, tomó las pinturas de colores y pintó su primer cuadro, un arco iris, que me regaló cuando cumplí 30 años.

Ahora que puedo ver el sol salir, me asombro con humildad y agradecimiento, de lo diferente que luce el valle bajo el sol o bajo tinieblas.

Aprendo yo, para enseñarte a ti, sobre amor incondicional, sobre amarse y defenderse, sobre el poder que habitamos y cómo nos distraemos de él, en una sociedad que quiere concentrarlo unos pocos.

martes, 30 de abril de 2024

insomnio

 La noche me calma, imagino que el tiempo no pasa, mientras duermes. Sin tiempo no hay espera, ni miedo a lo que vendrá. 

sábado, 6 de abril de 2024

Antónima porfiánima de las Mercedes

Preservarnos, con lo que queda de colectivo y con las herramientas que quedan para la vida. Vivienda, trabajo, cariño, alimento, sentido. La colectividad es la nueva familia y mi fuerza de trabajo es todo lo que tengo -precioso y finito-. Preservar, cuidar, son palabras que aprendo a sostener, a tener presente cuando mis pies tocan el suelo cada mañana. Placer y presente, espero que sean las siguientes palabras porque hoy aprendo palabras viejas de una manera nueva. Es como repasar.

Cuando tuve 2 años, miré la vida con respeto y curiosidad teniendo la fortuna de conocer la reciprocidad del amor ¿Cuál es el antónimo de reciprocidad? no encuentro la palabra, mas sí la amarga experiencia.

Antónima debió nombrarme mi madre, en vez de Antonia. Antónima la porfíánima, cuando caminé por donde sabía que no tenía que hacer, cuando puse mi estómago al alcance de los canívales... sólo para descubrir lo que ya sabía: la carne de burro no es transparente! 

Antónima seguiré, pero nueva, porque ya no pondré la porfía en mis espejismos. Que la porfía se quede en mi nombre, para ver la belleza y no la opacidad a su lado. La porfía, para asombrarme. La porfía para asombrarme y apreciar, el paisaje que llevo adentro. Esta nochecita, enciendo una vela por mi, que ese fueguito a me traiga de vuelta de la penumbra, para ver, para escribirle una carta al otoño que viene, y pedirle que se lleve al finado a descansar pues ya fue mucho purgatorio. Queda la última purga -de muchas-. Le doy la bienvenida y le digo, que me puede seguir llamando Antonia.


martes, 26 de marzo de 2024

contragolpe

 Corazón, carne viva, roja, incansable, haz fluir la agresividad por mis venas, alimenta mi boca en el placer, de exhalar la vida en un golpe presente

desesperación

 sufrimiento

pierdo el sentido

sufrimiento

se hace difusa la línea de la vida y la muerte

sufrimiento

algo me quita las ganas de vivir

sufrimiento

mi desencuentro

sufrimiento

dame tiempo, para traerme de vuelta


domingo, 3 de marzo de 2024

arco iris

Lifko es un arco iris

Yo soy un arco iris

así atravesamos la vida

como un arco iris


en esa forma

tienes lugar en mi corazón

Me aferro a la vida

Mirarme

 Con fantasías me he protegido de la muerte inminente, retrasando la vida, olvidando que ella viene una, y otra vez. 

Mi sombra ha sido, mi ansiedad e insistencia, hasta permitir mi humillación. Soy capaz, de permanecer, estoica frente a la ola que rompe. Pero no soy una roca. Soy capaz, de disiparme en la verdad de otros, olvidarme. Mi mente, fantasiosa, a veces ha disfrazado afectos ingratos, que seguido y perseguido, hasta disolverme.

Pero mi jardín me recuerda, que la fuerza de la tierra también la tengo yo, de moverme, de cambiar. Yo me traje aquí: a esta casa, a este patio, a este trabajo, a esta vida, a este cuerpo, que me permite aún conectarme al mundo. Mi cuerpo, refugio del fuego que me da la vida,  mi cuerpo, instrumento para tocar la vida.



sábado, 6 de enero de 2024

mostrar

 no tengo nada que ocultar

eso antes, no lo había sentido

por eso ahora puedo compartir

lo vulnerable está a salvo


no quiero esconderme más

sin espectativa, pero abierta a la sorpresa

sin filtros, para verte y verme