Cartonia: que quiero ser machete en plena zafra bala feroz a...

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sábado, 25 de marzo de 2023

maternidad escalofríos

Una vez, tuve la valentía de poner en palabras mis tres meses de embarazo: 


Maternidad, llena de dudas y dolores, culpas y temores, que se viven sola. Todo lo que se ha dicho sobre la maternidad y el aborto, no alcanza. Las explicaciones que busco, sé que existen, que mis preguntas son legítimas. Pero eso sólo lo pienso yo.

El amor no es obvio.

¿Afectaré el bebé por pensar así? Primera culpa

Y no estoy segura de amar, como pensé que lo haría cuando llegue este día. Primera duda.

Insegura, sin sueños ni proyección, ni un deseo sobre mi. Primeros dolores.

El futuro, que ante miré con expectación, hoy me causa temor.

Ciega, sólo me muevo por instinto, reaccionaria.

¿sigo siendo yo? ¿o morí? ¿cuánto de mi se ha muerto? Yo sólo lucho para no dejar de existir. No quiero renunciar a mis sueños. Culpa otra vez.

Y mi propia familia me intenta hacer desaparecer. Imponen obligaciones, comportamientos, comidas y poco a poco, el ¿cómo estás? ahora es ¿cómo está el bebé?

La maternidad, algo tan íntimo y sensible, parece ser sujeto de opinión pública y social, y todos piensan en su curiosidad y no respetan nuestra intimidad.  Nosotros, que aún tenemos que conocernos, descubrirnos, presentarnos. Yo quiero, con el tiempo saber cómo te llamas, para saber cómo nombrarte, porque hoy, incluso la palabra hijo me queda impronunciable. 

En mis sueños, he comido y bebido, celebrado y tenido calma, sentada junto a mi abuelo. Gracias por traer a mis sueños, lo que al despertar no puedo tener. 

Pido respuestas, sabiduría, calma. 

   03/2018

careta

Careta

 

Enajenación de la vida y del trabajo

Del día a día.

Después de horas y días con ella,

Sólo siento la cara caer, derretirse

No quiero risas y en mis ojos no hay espacio para el asombro

 

Que se me caiga la cara al suelo, con todo y mi cuerpo

No quiero tener, ánimo, energía, ni exigencias, hoy.


sábado, 4 de marzo de 2023

cabar

 Han sido años cabando su tumba. Mis puñados de tierra sólo encuentran desesperanza y mis uñas no son suficiente ante la tierra infinita. Desesperada y enceguecida, sólo puedo seguir cabando, mientras lloro. Estoy segura de que sigue ahí abajo, esperandome, que no ha muerto. Traigo un rayo de sol para cuando la encuentre, clavarlo en su corazón y recordarle la vida.


bajo tierra

 Soy, una mujer que vive bajo tierra. Son 1.959 toneladas sobre mi. Llevo años aquí, he visto ciudades levantarse, destruirse; he visto la vida nacer y morir. ¿Cuánto años han pasado?¿Qué día es hoy? Escucho las voces, conversaciones de los pasantes, por años, se repiten, distintas personas, mismas palabras. 

De la tierra sobre mis pestañas, huelo su humedad. Se entromete en mi boca, nariz, garganta, los dedos, las uñas, cada pliegue. Fresca, dura, pesada.

¿Hay otra forma de vivir? Lo olvidé.

Una voz desesperada se asoma, un rayo de luz, atraviesa mi pecho y en mi mano derecha un apretón.

            la tibieza del fuego

        un rayo de sol

me recuerda la vida


La tierra se disipa, alguien me nombra, vuelvo a existir.